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La soldadura MIG (Metal Inerte Gas) utiliza varios gases que son cruciales en el proceso de soldadura. Los principales gases empleados son una mezcla de dióxido de carbono con argón o simplemente cada uno de forma independiente. El argón, un gas inerte, crea una envoltura protectora alrededor del charco de soldadura, evitando así la oxidación y la contaminación por sustancias extrañas. Como resultado, las soldaduras producidas tienen un buen acabado superficial y propiedades mecánicas adecuadas. El dióxido de carbono pertenece a la categoría de gases reactivos. Solo o junto con argón, puede servir para aumentar el voltaje del arco y la entrada de calor, lo cual es ventajoso para soldar materiales más gruesos. Algunos de los factores determinantes relacionados con el tipo de gas incluyen aspectos como el tipo de metal que se solda, la espesor del material y las características de la soldadura. Por ejemplo, para soldar aluminio, se utiliza una mayor proporción de argón, mientras que para soldar acero se utiliza una mezcla con más dióxido de carbono.