Fácil de Transportar y Usar
El transporte y la utilización del dióxido de carbono en estado gaseoso es relativamente sencillo. Se puede almacenar fácilmente en cilindros, que luego se pueden mover a diferentes ubicaciones, facilitando el transporte. Además, el flujo de dióxido de carbono gaseoso puede ser modulado, lo que mejora su utilidad en una multitud de aplicaciones, desde experimentos básicos en laboratorios escolares y universitarios hasta procesos industriales a gran escala.